1  CHVRCHES. The Bones of what you believe
  "The mother we share", el seductor e irresistible single con el que se daban a conocer en 2012, nos daba el aviso de que esta banda escocesa, cuyo sonido pop invitaba a pensar en la perfección technopop de Robyn, podían dar el pelotazo con su puesta de largo. Que el citado primer single sirva para abrir es esperado disco debut nos da una pista de que querían desprenderse de entrada de lo ya conocido porque tenían mucho más que ofrecer. Y vaya si lo tienen. Es complicado toparse con discos que corte tras corte te dejen boquiabierto, pero éste lo consigue. La dulce voz de Lauren Mayberry y una (auto)producción electropopera repleta de coros robóticos son sus principales señas de identidad y sus armas para ir disparando sin compasión maravillas de magia discotequera ("We sink", "Gun", ·Recover" o "Lungs" son, junto con el citado primer single, pelotazos que ya se han ganado su entrada al olimpo del technopop) mezclados con cortes más densos o introspectivos (conmovedoras "Lies", "Tether", "Night Sky" o "By the throat") y pequeñas notas discordantes (pero igualmente sobresalientes) como "Science/Visions" (desquiciado golpe de impacto con Lauren pisando el acelerador y emulando con éxito a Björk) o "Under the tide" y "You caught the light" (con Martin Doherty apoderándose de la parte vocal). En definitiva, infeccioso pop con mayúsculas y una frescura inusual para hacer realidad el milagro: un disco de 10.

2  YOUNG GALAXY. Ultramarine
  La banda canadiense da el paso definitivo tras el notable "Shapeshifting"(2011) firmando su primera obra maestra en la que se mueven entre el pop ligero con gloriosos baladones technopop (la nostálgica "New year", la galopante "Hard to tell" o el cierre technoclásico con "Sleepwalk with me") y el desparrame sin complejos (la saltarina "Pretty boy", la tribal "Privileged Poor" o los gloriosos extras de la edición deluxe con reminicencias disco: "Crying my heart out" a Donna Summer y "Talk to her" a Eurythmics). La voz de Catherine McCandless ya no admite comparaciones, a partir de ahora serán las demás las que compararemos con ella. Porque por fin podemos afirmar con la boca bien grande que estamos ante una de las bandas más grandes del planeta.

3  JOHN GRANT. Pale Green Ghosts
  El ex líder de The Czars da un giro en este segundo disco de su carrera en solitario enfocando su música hacia la electrónica que le fascinaba de joven. Mucho han tenido que ver en esta nueva andadura el ambiente gélido de Reikjavik (donde reside actualmente) y la colaboración en la producción de Biggi Veira de GusGus (muy presente en cortes como "Blackbelt", "Sensitive new age guy" o el excelente tema titular absolutamente deslumbrante), que no es la única colaboración del disco (Sinéad O’Connor es la segunda voz en las sentidas "It doesn't matter to him" y "Why don't you love me anymore?"). Pero no es este un disco de electrónica (ni mucho menos) y Grant vuelve a encojernos el corazón en las piezas más emotivas del álbum, las aparentemente sencillas pero demoledoras "GMF" y "Glacier" (un final de oro para el disco).

4  DAVID BOWIE. The next day
  Habiendo pasado 10 años desde la publicación de "Reality" y con los problemas de salud sufridos en este tiempo, pocas esperanzas teníamos ya de escuchar nuevas canciones de Bowie. Pero los Reyes Magos nos trajeron este año un inesperado regalo en forma de nueva canción y anuncio de nuevo y (casi) inminente disco. El tema (la introspectiva "Where are we now?") nos dejaba la piel de gallina, y el disco (24º de su carrera) no podía ser un regreso más triunfal para la mayor estrella pop de todos los tiempos. Grabado en secreto junto a su inseparable Tony Visconti durante dos años, "The next day" nos devuelve al Bowie más fresco. Un álbum de rock atemporal (brillantes "The stars (are out tonight)", "The next day" o "Love is lost") cuya genialidad reside hasta en la portada: Un cuadrado blanco sobre la de "Heroes". Dios.

5  THE KNIFE. Shaking the habitual
  El sin par dúo sueco que forman Karin Dreijer Andersson y Olof Dreijer ha dejado pasar siete años tras "Silent Shout", su último disco juntos, y la noticia de la publicación de este cuarto disco generó grandes expectativas, que se tornaron en decepción para los que esperaban un disco más comercial (en la línea del disco homónimo de Fever Ray) pero que nos han dejado boquiabiertos a los que estábamos dispuestos a encontrarnos con un disco marciano y al (excitante) límite de la irritación. "A tooth foe an eye", "Full of fire" (elegidos, claro, como singles) y "Without you my life would be boring" son sus temas más inmediatos, con su toque tribal ya tan característico. Pero ni los 19 minutos de duración de "Old dreams waiting to be realized" son gratuítos en un disco al que con ganas (aunque hay que tenerlas, eso sí) te acabas entregando y apasionando.

6  JAMES BLAKE. Overgrown
  El Principito del Dubstep continúa experimentando con el chill-wave y el soul contemporáneo y supera con nota la difícil prueba del segundo disco logrando un trabajo quizás más accesible que su debut y lleno de canciones hermosas ("Retrogade" está la altura de su clásico "The Wilhelm Scream", la titular "Overgrown" o "To the last" son algunos de los mejores ejemplos). Pero, sin miedo a abrir nuevos caminos, el joven londinense se atreve con colaboraciones raperas (RZA en "Take a fall on me") o a acelerar el ritmo (en la apta para discotecas "Voyeur"), dejando entrever un posible punto de inflexión hacia cambios futuros en su música que se nos antojan muy interesantes.

7  PET SHOP BOYS. Electric
  Así lleven casi 30 años en la música, Neil y Chris no dejan de sorprendernos, y contra todo pronóstico vuelven a "remozar" (quizás como acto de rebeldía tras su ruptura con EMI) adaptando de la mano de Stuart Price las nuevas tendencias de éxito discotequero a su inconfundible sello. La nueva fiesta se abre con un brutal instrumental llamado "Axis" que nos advierte de que lo que viene a continuación es puro "electric energy". No faltan los temás más hedonistas (el casi tropical de "Bolshy") ni los homenajes ("Love is a bourgeois bonstruct" basada en "Chasing sheep is best" de Michael Nyman y "Fluorescent" en el clásico "Fade to grey" de Visage) y vuelven a confirmarse como los mejores revisores ajenos (vaya versión de "The last to die" de Springsteen), pero lo realmente sorprendente es que sigan innovando (con extrañas y adictivas joyas como "Shouting in the evening" o "Inside a dream" y que a estas alturas vuelvana colar nuevos temas entre lo mejor de su glorioso curriculum ("Thursday" y "Vocal" son de 10).

8  VAMPIRE WEEKEND. Modern vampires of the city
  La banda neoyorquina no para de crecer, y no sólo a nivel popular (ya es un grupo superventas) si no también a nivel artístico. Y es que con este tercer disco ya no podemos limitarnos a considerarlos abanderados de la corriente afro que inundó la blogosfera hace un lustro (coincidiendo con su aclamado debut). Esta nueva entrega es mucho más, una obra sólida y sin fisuras en la que encontramos un creciente interés por la convivencia analógico-digital al servicio de canciones poderosas como "Ya Hey" (¿su mejor canción hasta la fecha?), la preciosa "Step", la psicodelia acelerada de "Worship you" o la descacharrante "Diane Young". Sú música es capaz de ancandilar a las masas sin decepcionar al paladar más selecto. Y eso está al alcance de muy pocos.

9  AUSTRA. Olympia
  Tan sólo dos años después de enamorarnos con "Feel it break", Katie Stelmanis y su inconfundible timbre operístico vuelve a ponerse al frente de Austra para firmar una nueva joya pop que compensa la inevitable falta de sorpresa con una colección de canciones más luminosa que la de su debut, que ya desde el arranque (vaya inicio se marcan con el ascendente "What we done?") deja claro que no se han dormido en los laureles y lo suyo no fue un hype. Siguen manteniendo un halo de melancolía pero ahora su música suena más viva y enérgica, y hasta invita a las pistas de baile. La sucesión de temazos vuelve a ser inmejorable y, como en su debut, acaba remitiéndonos a la totalidad del tracklist. Pero puestos a elegir, nos quedamos con "Home" y "Hurt me now", por su apabullante sobrecarga emocional.

10  BERNDSEN. Planet Earth
  El pelirrojo y barbado artista islandés permaneció durante 2012 a la sombra de su paisana Þórunn Antonia, teniendo mucho que ver en el resultado del magnífico "Star Crossed". Sin embargo, ya era hora de poner relevo a "Lover in the dark"(2009), y lo hace retomando su amor por el pop electrónico de 8-bit ochentero (homenajes a Oculus -con el cover de "Do you remember"- y Kraftwerk -en el tema titular- incluidos) en el que la producción revival queda presente en todos los cortes (muy variados entre si) entre los que encontramos baladones (en "Game of chance" casi sentimos el humo en nuestros pies) y temas más gamberros ("Gimmi gimmi" es casi punk, "Two lovers team" exige cardado, hombreras y baile a lo "footloose"). Pero siempre un gusto esquisito y una habilidad mágica para hacernos viajar al pasado sin resultar casposo. Más bien adorable.

11  THE BALLET. I blame Society
  Les ha costado poner relevo a "Bear Life"(2009), pero lo hacen a lo grande con una nueva colección de canciones de reconocible indie-pop (Stephin Merritt, Belle and Sebastian o The Hidden cameras en nuestro subconsciente) en las que conviven distorsiones y sintetizadores con grandes melodías al servicio de letras abiertamente gays. Canciones tan arrebatadoras como "Is anybody out there?", "Feelings", "Meaningless", "Sorry" o "Difficult situation" hacen de este tercer disco casi una obra maestra y nos hacen echar un poco menos en falta a los Magnetic fields de antaño.

12  MAJICAL CLOUDZ. Impersonator
  El proyecto de Devon Welsh (ahora junto a Matthew Otto) por fin ha tomado la dimensión adecuada y este primer largo logra unos resultados que multiplican por 10 las expectativas de sus primeras canciones o colaboraciones con su amiga Grimes. La sencillez casi minimalista es la principal sorpresa de este trabajo cuyo protagonismo recae por completo en las desesperadas interpretaciones vocales de Devon adornadas con repetitivos beats que adquieren una mayor relevancia en alguno de los mejores cortes del disco ("Childhood's End", "Mister") aunque en otros momentos pueden reducirse al mínimo sin restar belleza (enormes "Bugs don't buzz" o la recuperada para la puesta de largo "Turns turns turns"). Definitivamente promesa hecha realidad y con un futuro que esperemos nos dé muchas más alegrías.

13  DAFT PUNK. Random access memories
  En algún momento entre "Human after all"(2005) y el disco que nos ocupa, los robóticos Guy Manuel de Homem-Christo y Thomas Bangalter han pasado de ser un proyecto aclamado por modernos a una de las bandas mainstream más vendedoras en todos los puntos del planeta, quizás consecuencia de sus exitosos directos y del empujón mediático de la Banda sonora de "Tron: Legacy". Conocedores de su gran oportunidad el dúo francés ha puesto toda la carne en el asador y han roto todos los prónósticos comerciales gracias a una canción (irresistible "Get lucky") cuyo éxito masivo la convierte en un clásico de esos que seguirán sonando en las radiofórmulas dentro de décadas. Pero la condición de clásico puede extenderse a todo el álbum, no exento de otras joyas disco-funky de nivel similar ("Give life back to music" o "Lose yourself to dance", ambas con Nile Rodgers) y aprovechadas colaboraciones de lujo: además de Pharrell, brillan Julian Casablancas en "Instant Crush", Panda bear en "Doin' it right", Paul Williams en "Touch" o Giorgio Moroder y su arriesgado pero logradísimo monólogo en "Giorgio by Moroder". Ojalá todos los superventas tuvieran este nivelazo.

14  WOODKID. The Golden Age
  El francés Yoann Lemoine da rienda suelta a sus dos facetas artísticas en esta magnífica obra ya que antes de estrenarse como compositor musical ya había dirigido varios importantes videoclips (de ahí esos cuidados y preciosos videoclips que acompañan a todos sus singles). En lo musical esta es su puesta de largo tras el eP "Iron", cuyo tema principal recupera y acompaña de un buen puñado de excelentes temas de corte épico bien cargados de cuerdas, vientos y todo lo que haga falta para envolver su mágica voz de emoción infinita. Si no te conquistan "Run boy run" o "I love you" es que eres de otro planeta.

15  THE NATIONAL. Trouble will find me
  Tras la gran acogida de "High Violet", la banda liderada por el carismático Matt Berninger parece haberse acomodado o (no seamos malos) haber encontrado la fórmula defínitiva de la música que quieren entregar al mundo. Por eso, lo que nos encontramos en esta nueva referencia es "más de lo mismo", que viniendo de quien viene no es algo malo, y aunque este sexto disco no esconda un "Bloodbuzz Ohio" (quizás la pista que más se aproxime, y por eso se ha elegido de single, sea "Sea of love") si encontrarás en él 13 nuevas melancólicas razones (más sosegadas) para seguir creyendo en la capacidad de emocionar de Berninger y sus chicos.

16  MY BLOODY VALENTINE. Mbv
  2013 pasará a la historia como el año de los regresos inesperados, y uno de los más celebrados ha sido el que ponía fin a los 22 sin disco de la banda de Kevin Shields y Colm Ó Cíosóig. En estos casos, tras la euforia por la noticia del feliz reencuentro nos invade el miedo por ensuciar una discografía (breve, pues "Isn't Anything" (1988) y "Loveless" (1991) bastaron para mitificarles) con un disco creado a destiempo. Pero nada de eso, un disco con sus siglas debía de mantener su esencia y así ha sido. Como si las (más de) dos descadas pasadas se hubieran esfumado de sus vidas, la banda retoma su sonido donde lo dejaron y vuelven a coronarse como reyes absolutos del shoegazing en piezas como "Only tomorrow", "She found now" o "If I am" que contribuyen a convertirles en leyenda.

17  ARCADE FIRE. Reflektor
  El cuarto disco de la banda de Montreal con preciosa portada inspirada en la leyenda griega de Orpheus y Eurydicese se ha grabado en los estudios de James Murphy, lo que podría dar señales de un cambio de sonido más bailable. Y si, escuchando el disco a uno le dan ganas de ponerse a bailar, pero no en plan discotequero... el discurso y las formas de la banda de Win Butler no han cambiado tanto. No era el momento de un giro sonoro tras convertirse en superestrellas, y canciones como "Reflektor" (con la anecdótica colaboración coral de David Bowie), "Normal person", "Joan of Arc" o "Afterlife" son ejemplos de que siguen provocando tensión y placer a partes iguales y se mantienen en equilibrio entre la grandilocuencia y el disfrute mundano. ¿Influenciados por la música jamaicana o haitiana? Tranquilos que siguen siendo los de siempre.

18  EJECTA. Dominae
  El proyecto de Joel Ford (Ford & Lopatin, Airbird) junto a Leanne Macomber (teclista de Neon Indian y Fight Bite que en esta ocasión se encarga de las voces) ha firmado uno de los discos de pop con sintetizadores más bonitos del año. Canciones con alma que laten a ritmo de beats ochenteros y que unas veces te lanzan a la pista de baile ("Jeremiah (The Denier)", "It's only love") y otras, literalmente, te encojen el corazón ("Afraid of the dark").

19  NO CEREMONY///
  El trío de Manchester que forman Kelly, James y Victoria han conseguido despuntar dentro de una apabullante escena de electro-synthpop que nos ha invadido este año con un sonido a medio camino entre Purity ring y los Crystal castles más pop, y con ecos épicos a The Xx. Esta combinación de sutileza clásica con electro elegante ha dado lugar a algunos de los temas de pop sintético más disfrutables del año. Hablamos de "Feelsolow", "Partofme" o "Hurtlove". Pero no hay que perderse ninguna pieza de su engranaje sonoro, porque en este sobresaliente debut vale todo.

20  DISCLOSURE. Settle
  Los jovencísimos hermanos británicos Guy y Howard Lawrence han dado el pelotazo utilizando una fórmula que consiste en retomar la electrónica de los 90 con hincapie sobre el 2-Step y valerse de colaboraciones de artistas de moda como Sam Smith, AlunaGeorge, Eliza Doolittle, Jessie Ware o London Grammar para acabar de rematar el envoltorio. El resultado, lejos de ser un refrito en la linea de Calvin Harris (y eso que no son pocos sus pelotazos superventas: "Latch", "White noise", "You & me"...), es un disco elegante, que lo mismo puede animarte una sesión discotequera de fin de semana que ponerte las pilas en un momento de bajón. Porque la calidad y lo comercial no siempre deben estar reñidos, y "Settle" es la prueba.

21  PREFAB SPROUT. Crimson/Red
  Paddy McAloon planta cara a la adversidad de su delicado estado de salud y nos regala esta colección de nuevas canciones (las primeras en más de 10 años, porque su aclamado regreso tras un largo parón en 2009 con "Let’s change the world with music" era en realidad una recopilación de maquetas hasta entonces inéditas). El resultado es una especie de rayo de luz con el que Paddy (autor y productor en solitario de todo el conjunto) parece matar el gusanillo musical aparcado por su retiro involuntario con momentos dignos de sus mayores obras maestras, como el pelotazo/single "The best jewel thief in the world" o ese "Adolescence" que deja claro a ritmo de maravillosos arreglos de galope celestial que este hombre sigue siendo un genio.

22  KURT VILE. Wakin on a pretty Daze
  Los más de nueve minutazos del excelente tema titular nos dan el aviso de que el quinto trabajo en solitario (antes estuvo en War on drugs) del artista de Philadelphia va a suponen un punto de inflexión en su carrera. A partir de ahora miraremos sus discos con lupa y los esperaremos con ansias. Y tal mérito se extiende a lo largo de sus once cortes que, autoproducidos con la ayuda de John Agnello y Adam Granduciel, nos muestran una psicodelia ensoñadora con un rematado de sobresaliente y un deje muy Dylan (contemporáneo) pero sin miedo a arriesgar (espectacular y sorprendente "Was all talk") ni a soltar con naturalidad maravillas como "Shame Chamber" o "Snowflakes are dancing". Uno de los grandes.

23  FUTURE BIBLE HEROES. Partygoing
  Once años han tardado Stephin Merritt y Claudia Gonson en poner continuidad a "Eternal youth" y sorprende que haya llegado tan sólo un año después de "Love at the Bottom of the Sea", sobre todo porque éste supuso el regreso de The Magnetic fields al pop colorido y limpio que habían abandonado durante casi una década. Aunque ambos discos no disten demasiado estilísticamente debe alegrarnos que la máquina de hacer canciones maravillosas siga funcionando y que en este trabajo no tengan reparo en usar esas bases technopoperas que tanto nos gustan. Un viaje multiculor en el que Stephin y Claudia se van relevando alternativamente como vocalistas y nos dejan maravillas del calibre de "Sadder than the moon", "Let's go to sleep (and never come back)", "A drink is just the thing" o "Digging my own grave".

24  DEPTFORD GOTH. Life after defo
  El productor, compositor (y profesor de primaria) londinense Daniel Woolhouse grabó en su propia casa este primer disco con la ayuda en tareas de producción de Rodaidh McDonald. El hipnótico resultado es una mezcla de géneros en voga (sutil dubstep y ramalzos de r'n b contemporáneo) que adornan un melancolismo sonoro similar al de los momentos más pop de The Xx o James Blake, pero con un corte más clásico. En resumen, un más que notable debut de una belleza adictiva ("Feel real" o "Union", sobrecogen y te atrapan sin que quieras escapar de ellas) que sirve de inmejorable carta de presentación para una de las sorpresas con futuro más prometedor de la temporada.

25  LONDON GRAMMAR. If you wait
  El minimalismo utilizado en la producción del debut de este trío londinense les ha valido comparaciónes con The Xx, que ayudan a dar un toque de atención al inicio de una carrera musical pero que no deben cegarnos porque la poderosa magia vocal de Hannah Reid puede conmover más que la de Florence Welsh (con la que hay una gran similitud) e incluso llegar a cotas solo alcanzadas en los últimos tiempos por Victoria Legrand. Canciones como "Wasting my young years", "Strong" o "Interlude" ponen literalmente la piel de gallina, pero por si acaso les encuentras escasos de registros "Help me lose my mind" (bonustrack incluído originalmente en el disco de Disclosure) demuestra que pueden llegar tan lejos como se propongan.

26  JANELLE MONÁE. The electric lady
  Si con su debut largo "ArchAndroid"(2010) muchos la tacharon de pretenciosa, la artista de Kansas no se baja del burro y para su segundo álbum se sirve de potentes colaboraciones (Prince, Solange, Erykah Badu, Miguel y Esperanza Spalding, nada menos) para lograr el "más dificil todavía" en otra mastodóntica y compleja obra ajena a modas y de nuevo estructurada en dos suites introducidas y separadas por los correspondientes y entretenidos interludios. Quizás hechemos en falta un "Cold war", pero no nos quejamos porque "Givin’ Em What They Love", "Q.U.E.E.N.", "The Electric Lady" o "Dance Apocalyptic" son rn'b rabioso con mayúsculas, y los baladones (de corte clásico en "Look into my eyes" o más actual en la lucida "Victory") acaban de redondear un segundo asalto mucho más que digno.

27  CUT COPY. Free your mind
  La banda australiana sorprende con un cuarto disco en el que mantienen el listón de los anteriores pero centrándose en esta ocasión en su vertiente más discotequera conseguida a base de mezclar melodías de corte psicodélico con ritmos techno-tribales y atrevidos arreglos que nos hacen mirar al acid de finales de los 80 (sobre todo en "Footsteps" y "Meet me in a house of love"). El disco se abre con los tres pelotazos que han servido de avance del álbum ("Free your mind", "We are explorers" -la mejor del lote- y la noventera "Let me show you love") pero no baja el nivel a lo largo de todo su metraje confirmándoles como una de las bandas imprescindibles de los últimos años que, a pesar de usar fórmulas pasadas, tienen un sello inconfundible.

28  SIGUR RÓS. Kveikur
  Cuando sólo había pasado un año de la publicación de su anterior álbum "Valtari", la más importante banda islandesa anunciaba este disco que llegaba con cambios. Por un lado es su primer trabajo con XL Recordings y por otro se estrenaban como trío (ahora son Jón Þór Birgisson, Georg Holm y Orri Páll Dýrason). En lo musical, en sus nueve cortes autoproducidos destaca una intención más post-rock con vocación de directo (vaya arranque con "Brennisteinn" y Jònsi cantando desgarrado) y una sucesión intercalada de tensión y explosión realmente excitante. Y lo mejor, que pese al tono experimental en el disco encontramos rayos de luz como "Stormur" o "Rafstraumur" que casi rozan el cielo.

29  MOLLY NILSSON. The Travels
  Tras dar un pequeño pelotazo con "Hey Moon" (gracias a la versión de John Maus) el siguiente paso de la artista suaca ha sido esta lectura libre de los viajes geográficos e internos de Marco Polo que musicalmente deslumbra por su inquietante tono (potenciado con el timbre vocal grave), unas veces muy "Badalamenti" (con "Dear life" resultamos viajando a Twin Peaks) y otras suavizado con sintetizadores propios de la era dorada de Yazoo ("Omega", "The power ballad", "Going places" o "Worlds apart"). Con viajes así no le dan ganas a uno de volver nunca a casa.

30  CHARLI XCX. True Romance
  Como ocurre con los artistas noveles que pasan una larga temporada difundiendo canciones por la blogosfera antes de la publicación de su debut largo, la jovencísima Charlotte Aitchison ha necesitado pocos extras para completar un álbum más allá de sus deliciosos singles previos. Así, este primer LP (donde no faltan las infecciosas "Nuclear seasons", "Stay away", "You're the one", "What I like" o la curiosa interpretación del tema de similar título de Gold Panda "You (ha ha ha)") es casi un recopilatorio de "grandes éxitos" donde gracias a un generoso tracklist todavía hay sitio para nuevos hits disco pop ("Take my hand" o "Lock you up") y rarezas como "Cloud Aura" con la excéntrica Brooke Candy. Ojalá su momento de gloria como estrella pop vaya más allá de su colaboración con Icona Pop en "I love it".

31  STILL CORNERS. Strange Pleasures
  Segundo disco del dúo londinense que forman Greg Hughes (compositor y productor) y Tessa Murray (cantante) que recuerdan poderosamente a Beach house (aunque sin la fuerza de Victoria Legrand, todo hay que decirlo) en los cortes más dream-pop ("The trip", "Beginning to blue", "I can't stop") y brillan con fuerza en sus momentos más synthpop (preciosas "Fireflies", "Berlin lovers", "Beatcity" o "Midnight city" -que parece sacada del catálogo de Italians do it better-) e incluso jungle-pop ("Future age" o el cierre titular "Strange pleasures"). Una monada de disco para soñar despiertos.

32  JON HOPKINS. Immunity
  Los fans de Four Tet y James Blake están de enhorabuena porque el quinto largo del productor y músico londinense consigue aunar la esencia formal de uno y el alma de otro para firmar su disco definitivo, el que está suponiendo su consagración masiva. El disco cuenta con una primera mitad más machacona (con las principales joyas del disco: "We disappear", "Open eye signal" o "Breathe this air", que se lanzaría en formato single revisada y con el añadido pop de la voz de Megan James de Putrity ring) y una segunda más reflexiva, casi meditativa, que ejerce de glorioso "afterparty" con momentos de belleza absoluta como "Abandon window".

33  POSTILJONEN. Skyer
  El pop ensoñador con un veraniego toque balearic tuvo su mayor triunfo en las primeras obras de jj y este año (pasando de modas) esta banda también sueca ha retomado el género desde su expresión más clasica introduciendo gloriosos saxos como marca de la casa y captando la atención gracias a una lograda reconstrucción del "How will I know" de Whitney Houston (aquí rebautizado como "All that we had is lost"). Sus momentos cumbres son las dos piezas con bases muy "de M83" elegidas sabiamente como singles. Pero si te gusta el dream-pop atemporal disfrutarás como un enano con todo el disco de principio a fin.

34  BLOOD ORANGE. Cupid Deluxe
  Dev Hynes se ha convertido en un productor imprescindible en los últimos tiempos (sobre todo por su mano mágica con dos de los mejores temas de los últimos tiempos: "Losing you" de Solange y "Everything is embarrasing" de Sky Ferreire) consiguiendo algo muy complicado, que todo lo que toca tenga su sello inconfundiblw. Por supuesto para su propio disco pone todo de su parte y consigue lo que todos ansiábamos, plasmar su etiqueta en un puñado de temazos de disco, funk y R&B deluxe que derrochan una elegancia que roza la perfección formal. Escuchando "Chamakay", "You're not good enough" o "Tell me when" nos quitamos el sombrero, o directamente nos ponemos a sus pies.

35  JESSY LANZA. Pull my hair back
  Aunque se venda como el disco debut de la artista de Ontario, lo cierto es que su lavor interpretativa (con ecos claros a ex-estrellas del rnb como Sheena Easton o Janet Jackson) pesa prácticamente lo mismo en la balanza final que la producción de su pareja Jeremy Greenspan (también co-autor del álbum) que confiere al conjunto una elegancia electrónica (tan magistralmente explotada con Junior boys) elevada aquí a un extremo minimalista. Con esto no queremos quitar mérito a Lanza, porque es su personalidad la que acaba sobresaliendo en el conjunto, si no elogiar la acertada combinación de rnb y electrónica capaz de entregarnos delicatessens de sensualidad pausada como "Kathy Lee" o "Strange Emotion" y llenapistas como "Keep moving" (digna de la mejor Róisín Murphy).

36  M.I.A. Matangi
  La simpar ¿rapera? recupera gran parte del prestigio perdido con su anterior trabajo con este cuarto largo en el que a primera escucha nos deja ojiplátcos con ese sorprendente homenaje a Chimo Bayo (fuera de nuestras fronteras no se habrán enterado, pero aquí es imposible no notar su presencia en "Warriors"). Anécdotas a parte, este álbum titulado con su propio nombre (y el de la diosa que inventó la música hace 5.000 años) es una sucesión de pelotazos (algunos ya conocidos, como "Bad girls" o "Bring the noize") que nos muestran a la artista británica de origen tamil en su estado más incendiario y guerrero (también tenemos que destacar "Y.A.L.A." o el homenaje al "Trouble" de Shampoo en la jamaicana "Double bubble troble"). Sin embargo, parece haber aprendido la lección ("Kala"(2007) tuvo una acogida muy tibia) y se muestra más contenida con (incluso) concesiones pop ("Come walk with me") que no le sientan nada mal.

37  HAIM. Days are gone
  Las tres hermanas californianas cuyo nombre artístico coincide con su aellido debutan a lo grande (tras más de un año de hype) con un álbum que no defrauda y cuyo sonido (tan acertadamente comparado con el de Fleetwood Mac) se mantiene fiel a lo largo de todo su recorrido (salvo quizás el momento rockero de "My song 5") a los hits previos recuperados para la ocasión ("Forever", "Don't save me", "Falling" y "The Wire") y sin bajar el nivel. Un trabajo enérgico y fresco con el que no inventan nada pero que deja muy buen sabor de boca.

38  GOLDFRAPP. Tales of Us
  Para su sexto álbum de estudio el dúo inglés decide retomar su lado más introspectivo (el que les ha hecho firmar sus dos obras maestras, "Felt mountain" de 2001 y "Seventh tree" de 2008). Pero van más allá y en esta tercera incursión en el sonido celestial explotan hasta el límite el enfoque ambiental lo que provoca que sea un disco menos inmediato que los mencionados anteriormente. Los fans de siempre disfrutarán sin problemas de la belleza de las dulces "Annabel", "Drew", "Clay" o "Jo" (la mayoría de los cortes llevan nombres de personas) pues el disco parece estar hecho en exclusiva para ellos, entre los que nos incluimos.

39  WASHED OUT. Paracosm
  Ernest Greene nos conquistó con su debut "Within and without"(2010) con el que consiguió despuntar dentro de la emergente escena de chillwave de dormitorio del que consigue salir airoso y con más credibilidad en este segundo largo que quizás no resulte tan "adorable" pero al que sin duda le ha sentado bien ampliar recursos para dar un paso más. El impecable resultado es un disco absolutamente embriagador en el que resulta inevitable sumergirte de manera literal y que permite mavegar por sus canciones sin pausa de principio a fin. "Don't give up" o "It all feels right" evocan playa y sol, y "Paracosm" te sumerge con sus arpas sintéticas directamente en el fondo del mar. Sensaciones que todos necesirtamos sentir en determinados momentos y que con este disco nos saben a gloria.

40  THE FLAMING LIPS. The Terror
  La banda de Wayne Coyne vuelve a sorprender con este paso inesperado en su atípica pero valiente y honesta carrera. Y es que a estas alturas pasan olimpicamente de complacer a los fans de sus mayores obras maestras (a los que volvieron a contentar en gran medida con el estupendo "Embryonic" de 2009). En este trabajo no hay amor si no terror, no hay confettis si no oscuridad. Pero que no cunda el pánico porque Dave Fridmann vuelve a producir (y eso tranquiliza) esta aventura que comienza con cierta accesibilidad (rock futurista en "Look... the sun is rising" y psicodelia celestial en "Be Free, a Way" y "Try to Explain") que se desvanece tema a tema pero con elegancia y sensatez. No encontrarás, por tanto, canciones con vocación de single (ni siquiera "Sun blows up today" que se utilizó como publicidad en la Super Bowl) pero si eres fan de la (ya) mítica banda tampoco te sentirás defraudado.

41  THESE NEW PURITANS. Field of Reeds
  El cuarteto inglés liderado por los gemelos Barnett dió el campanazo en 2010 con su segundo disco "Hidden" que les colocó en primera línea del pelotón de bandas de pop-rock oscuro y con tintes góticos. Para este siguiente paso han querido dar otra vuelta de tuerca y su característico tono esquizofrénico vuelve a sorprender resolviéndolo musicalmente en esta ocasión con un sonido tenebroso pero muy sinfónico. Melodías circulares con estructuras imposibles dan forma a un disco complejo y maduro cuyas cumbres son el single "Fragment Two" (podría convertirse en su peculiar "Paranoid android") y "Organ eternal" (con un delicioso y repetitivo riff electrónico).

42  VERONICA FALLS. Waiting for something to happen
 Para su segundo largo, el cuarteto londinense cambian el ruidismo lo-fi por un pop deliciosamente luminoso sin que su discurso pierda magia ni sus fans se sientan decepcionados (seguro que no han perdido ninguno). Los seguidores de The pains of being pure at heart o los Belle & Sebastian más básicos estamos de enhorabuena porque por esa línea caminan joyitas como "Teenage", "Broken toy", "Buried alive" o "Falling out". Ppr si fuera poco, la banda remataba el año con un single, llamado "Nobody there", en el que inciden en su nuevo optimismo de pandereta pero con un sonido más básico y adorable. Como ellos.

43  CLUB 8. Above the City
  Estamos de enhorabuena porque tras el coqueteo tribal (al que todavía le dan una pequeña cancha con "Run") de "The people's record"(2010) Johan Angergård y Karolina Komstedt vuelven a su esencia en este octavo disco que abren con el baladón dream-pop "Kill kill kill" para a continuación lanzarse a la pista de baile con la acelerada "Stop taking my time" (uno de los mejores singles de su carrera, que no desentonaría entre las mejores canciones de su paisana Robyn) cuyo estilo technopop se repite con éxito en otras dos piezas (enormes "Into air" y "You could be anybody"). El resto del álbum incide en el pop adulcorado que tan bien defiende Karolina y que consigue sus momentos más luminosos en "A small piece of Heaven" y "I'm not gonna grow old" que parecen sacadas del repertorio de Acid house kings.

44  AUTRE NE VEUT. Anxiety
  Este segundo disco del proyecto de Arthur Ashin se ha convertido en la referencia clave de la temporada del R&B contemporáneo. Quizás no estemos ante un intérprete del nivel vocal de Frank Ocean o Miguel, pero las (tampoco graves) carencias las suple con una impecable producción repleta de matices electrónicos, distorsiones guitarreras, coros retocados y demás detalles deslumbrantes que adornan unas canciones sobre pérdidas y desamor. Disco que provoca desde el inicio (con el pelotazo colorista "Play by play" y su arpa sintética de arranque) hasta el final (con la por momentos asfixiante "World war"), un sin fin de sensaciones.

45  ALUNAGEORGE. Body music
  Sin duda el dúo que forman Aluna Francis y George Reid era una de las grandes promesas comerciales del año y aunque al final las expectativas no se han traducido en éxito masivo la buena noticia es que parece que han optado por debutar con el disco que querían aunque el resultado haya sido más "raro" de lo esperado. Todo el álbum rebosa esa lustrosa sensualidad que mezcla electrónica sutil con garage lento que ya les caracteriza y que mira desde un prisma enrarecido. Eso si, en su extenso minutaje no han descartado los hits (que los hay y grandes). A ver quien se resiste a bailar (lento) al ritmo de "You know you like it", "Attracting flies" o "Your drums, your love".

46  ATOMS FOR PEACE. Amok
  Aunque pueda parecer por el resultado que Thom Yorke sea la única pieza de este curioso engranaje sonoro (quizás porque su sonido se aproxima bastante al de "The Eraser", disco experimental que el cantante de Radiohead publicó en 2006) lo cierto es que esta aventura indietrónica se ha vendido como un supergrupo que completan Nigel Godrich y Flea. Éste último (bajista de Red Hot Chili Peppers) aporta el toque rock bastante presente en el estupendo arranque con "Before your very eyes...", pero son los temas "Default" y "Judge Jury and executioner" (curiosamente los que avanzaban el disco) los dos grandes aciertos del disco y que (por su aproximación sonora a los Radiohead más experimentales) quedarán en nuestra memoria como la interesante travesura de Yorke entre disco y disco de su mítica banda.

47  DEERHUNTER. Monomania
  Tras rozar el cielo con "Halcyon digest"(2010), Brandon Cox vuelve a intercalar discos con su otro poryecto (como Atlas sound lanzó en 2011 el notable "Parallax") con un sexto disco para Deerhunter que peca de cierta irregularidad que nos impide ponerlo a la altura de sus predecesores. Quizás la culpa la tengan su afán por la distorsión y un interés por sonar más punks (desquiciadas son "Monomania" o "Leather Jacket II") pero no hay que desesperar porque de nuevo le hacen un sitio a la belleza melancólica en cortes como "Neon Junkyard", "The Missing", "Sleepwalking" o la casi folkie "Pensacola". Será que les preferimos cuando se ponen más blanditos, pero por muy punks que se vuelvan afortunadamente parece que no saben hacer malos discos.

48  FACTORY FLOOR. Factory Floor
  Desde el infalible sello DFA, y tras una serie6e aclamados singles y ePs, se ha lanzado por fin el hipnótico y controvertido (por su complejidad, casi a la altura de "Shaking de habitual" de The Knife) primer largo homónimo de este trío londinense que mezcla sintetizadores, percusiones que parecen cobrar vida y demás "ruidos" en una suerte de electro post-industrial. Un disco arriesgado que a pesar de evitar las melodías consigue atraparte desde el minuto cero, cuando arranca la pegadiza "Turn it up" y te imaginas inmerso en el Sónar.

49  ONEOHTRIX POINT NEVER. R Plus Seven
  Daniel Lopatin (Ford & Lopatin) vuelve a dar en el clavo con su proyecto personal que toca techo en esta nueva entrega cargada de matices que consiguen que su música no sea ni ambiental ni "de baile". Lo suyo es otra cosa, y la escucha de este disco te dejará boquiabierto en más de una ocasión (los cambios de "Americans", por ejemplo, son brutales) gracias a la acertada eclosión de evocadores paisajes de retiro espiritual con rompedores destellos electrónicos. El viaje completo es una delicia pero el final (con "Still life" y "Chrome country") es apoteósico.

50  BOARDS OF CANADA. Tomorrow’s Harvest
  Los hermanos Michael Sandison y Marcus Eoin vuelven a la escena tras ocho años de silencio con un trabajo inspirado en la película "Deadly Harvest" (que denunciaba en 1977 el maltrato de la Tierra) para convertirse en una escenificación musical con tono ambiental de miedos metafísicos que van evolucionando a través de melodías de cuidada y pausada métrica hacia la esperanza. No es éste, por tanto, un disco de baile si no una invitación a la reflexión con del disfrute sonoro a través de 17 pistas (nada menos) que se mueven entre el dasasosiego y el esponjoso optimismo.

51  JAMES YUILL. These Spirits
  El artista londinense mantiene la fórmula en este tercer trabajo en el que la electrónica y los instrumentos orgánicos conviven al servicio de canciones que se mueven entre el techno con toques chill y el pop acústico. Lo mejor (o más inmediato) de este trabajo llega en las tres primeras piezas ("Lost in California", "Turn yourself around" y "Let it go") pero el nivel no decae en ningún momento y la escucha se hace de lo más amena gracias a la combinación de baladas ("Carrie", "Just a little further", "Old fashioned") con juguetonas piezas electrónicas ("Hello heaven hello", "No lie"). Otro buen disco para su curriculum.

52  SOFT METALS. Lenses
  Dos años después de su desapercibido debut homónimo Ian Hicks y Patricia Hall vuelven a firmar un disco de synthpop hipnótico y sensual que nos deja algunas hits impepinables (las más inmediatas y bailables "In the air" y "Tell me") pero que no se resiste a experimentar con temas más pausados ("When I look into your eyes"), instrumentales ("Hourglass") o de una complejidad melódica casi siniestra ("Lenses" o "No turning back"). Eso si, utilizando siempre sus dos armas básicas: teclado y voz, xon las que crean un disco con vocación futurista ideal para ambientar una fiesta virtual extraterrestre en Alfa-Centauro, o en tu salón.

53  DAUGHN GIBSON. Me Moan
  Tras conquistarnos con "All Hell" poco hemos tenido que esperar para escuchar la nueva propuesta de este atípico crooner de Carlisle. Lamentablemente el resultado no está a la altura y aunque todavía no hay que llevarse las manos a la cabeza ("You don't fade", "Franco" o sobre todo "The sound of Law" son muy buenas) nos da pena que relaje su antaño toque fantasmagórico por un sonido que a veces roza el country más convencional. Seguimos confíando en él porque sigue dando destellos de lucidez pero esperamos que el próximo disco nos seduzca más.

54  DOLDRUMS. Lesser Evil
  Con tan sólo 23 años y con la amistad con Grimes (qué bien se rodea esta chica) como tarjeta de presentación el artista de Toronto Airlick Woodhead firma un gran álbum debut de electropop enrarecido en las formas pero que curiosamente resulta adictivo porque en el fondo la estructura de sus temas es bastante pop, o pop psicodélico para ser más concretos. Si a la primera escucha el disco te descoloca céntrate en los cortes más comerciales ("Anormaly", "Sunrise" y "Golden Calf") y cuando ya te haya conquistado lánzate a por el disco completo porque merece mucho la pena.

55  PHOSPHORESCENT. Muchacho
  Matthew Houck ha conseguido el mayor éxito de su carrera justo en el momento en el que más lo necesitaba debido a un reconocido desgaste artístico. La culpa la ha tenido una canción como "Song for Zola" capaz de traspasar las fronteras del alt-country para conquistar a los que no somos entendidos del género. Aunque el tono experimental de esta joya no es el general del disco si que consigue ganarnos para que nos mostremos receptivos al disfrute que supone escuchar canciones que huelen a vacas pero que están bañadas con ligereza y naturalidad por sutiles barnices electrónicos y arreglos de metales que les dan una grandeza casi celestial (enormes "Down to go" o "Right on / Right on").

56  YOUTH LAGOON. Wondrous Bughouse
  Trevor Powers abandona las paredes de su cuarto, en las que se gestó por completo su disco debut, para adentrarse en el manicomio maravilloso de su mente. La obsesión (o miedo) por la muerte se covierten en el eje argumental de este ensoñador viaje psicodélico de melodías que navegan entre el clasicismo (hay claros ecos a los Beatles) y la vanguardia (Animal collective y MGMT también deben estar en su discoteca particular) y nos entrega joyas como "Dropla", "Mute" o "Pelican Man" que se debaten entre el sueño dulce y la pesadilla.

57  SKY FERREIRA. Night time, my time
  La atrevida portada del debut de la enésima promesa pop no es su único corte de mangas, también ha osado a dejar fuera del tracklist su mejor canción hasta la fecha ("Everything is embarrassing") y decantarse por un sonido sucio entre rockero y sintético muy en la línea de Garbage. Aunque podría haber sido mucho mejor (si hubiera seguido la línea marcada por el hit que citábamos) esta chica tiene un punto gamberro que la hace muy atractiva y canciones como "I blame myself", "Noboy ask me (if I was ok)" o "You're not the one" resultan simpáticas y con una calidad suficiente para seguir confiando en su incuestionable talento.

58  RHYE. Woman
  Aunque escuchando este estupendo debut sea inevitabe pensar en Sade o Des'Ree lo cierto es que detrás de esta (a priori misteriosa banda) se encuentran dos hombres: Mike Milosh (voz) y Robin Hannibal (también en Quadron). Anécdota llamativa pero sin importancia ante la calidad (innegable) de esta mezcla de funk, soul y trip hop que consigue derretirnos en sus momentos cumbres: "Open", "The fall", "Last dance" y "Hunger".

59  RÜFÜS. Atlas
  El trío de Sydney parece tan sobrazo de buenas canciones que para su debut largo han decidido precindir de sus primeros hits (las enormes "Paris collides", "This summer" y "Selena" que aparecían en su eP de 2011). No era necesario reincidir en ellos teniendo material de sobra para seguir afianzándose como una de las bandas más interesantes de electropop sintético con elegantes juegos rítmicos y melodías evocadoras del verano. El disco mantiene a lo largo de todo su minutaje una linealidad sin altibajos muy de agradecer, que merecería mayor promoción (no está disponible en las plataformas habituales de internet), y es que temazos como "Desert night", "Two clocks" y "Take me" o lo más houseros "Sarah" y "Unforgiven" tienen potencial de sobra para ser llenapistas indies.

60  FUCK BUTTONS. Slow Focus
  El dúo de Bristol ha tardado cuatro años en poner continuidad a "Tarot sport" y lo hacen con un disco más orgánico en el que las serpientes electrónicas de antaño han mutado ligeramente en reconocibles instrumentaciones que restan algo de sorpresa al resultado pero que tampoco limitan del todo su magistral experimetación ruidista. El listón estaba muy alto y había que introducir algúnos cambios en su propuesta, pero trallazos como la brutal "Hidden Xs" dejan claro que siguen siendo muy grandes.

61  MUTUAL BENEFIT. Love's crushing diamond
  Jordan Lee es la mente detras de este nuevo proyecto de folk con tintes barrocos (su principal intrumento -la voz- se adorna desde segundos planos con violines, pianos o banjos) que con textura suave y perspectiva intimista habla con naturalidad del amor y lo cotidiano. Breve pero muy inspirado debut que con temas como "Golden wake" , "Advanced Falconry" o "Let's play / Statue of a man" seguro convence a los fans de los Patrick Wolf o Sufjan Stevens menos experimentales.

62  DEVENDRA BANHART. Mala
  Para su primer disco en el sello Nonesuch Records el artista venezolano-estadounidense ha contado con la ayuda en la producción de su compañero de banda Noah Georgeson, y ambos gestaron sus catorce canciones en su estudio casero de Los Angeles usando una grabadora que encontraron en una casa de empeño. El resultado es un disco que por reducir al mínimo sus recursos (de ahí el título, que no está relacionado con la palabra castellana sino con la serbia, que significa "pequeño") acaba siendo su trabajo más grande y honesto desde "Niño Rojo"(2004).

63  PHOENIX. Bankrupt!
  La banda de Versalles dejó el listón muy alto con "Wolfgang Amadeus Phoenix"(2009), pero su single de regreso "Enterteinment" (y ese estrepitoso teclado oriental), dejaba claro que su sello inconfundible volvería a darnos unas cuantas alegrías. No serán éstas las más grandes de su carrera pero todavía son capaces de firmar grandes sobredosis de positivismo como "The real thing"(¡ese arreglo que ya usaron Pet shop boys en la magistral "What have I done to deserve this?" nos mata), "Trying to be Cool", "S.O.S. in Bel Air" o la casi acústica "Bourgeois". No habrán dado un paso adelante pero nos iguen pareciendo adorables.

64  TROPIC OF CANCER. Court of Devotion
  El proyecto de la canadiense Camella Lobo da su paso definitivo en este primer largo ("The end of all things‎" fue en realidad una recopilación de sus primeras grabaciones) para la que ha contado con Regis, uno de sus habiruales productores, como único aliado tras la espantada de Silent Servant. El resultado es un trabajo impactante en su asfixiante belleza creada a partir de oscuros sintetizadores y guitarras expandidas entre las que surge desfallecida la inquietante voz de Lobo. Delicadeza y fatalismo conviviendo, como si compartieran disco Soft cell y Suicide, para dar forma a joyas como “More Alone”, "Plant Lilies at my head" o la titular "Court of Devotion".

65  MAZZY STAR. Seasons of your Day
  Tras sorprendernos dos años atrás con el tema "Common Burn" y su regreso a los escenarios, se obró el milagro y el buen hacer de Hope Sandoval y Dave Roback vuelve a materializarse en este cuarto largo (primero desde "Among my Swan" de 1996) en el que el folk ensoñador y psicodélico (con alma grunge y envoltorio edulcorado) vuelve a dar en el clavo como si no hubieran pasado los años y lo mismo da que se presenten básicos ("California", "I've gotta stop") que acompañados instrumentalmente por armónicas ("Common burn") o un hippnótico slide (en "Flying low" Hope parece PJ Harvey). La emoción que transmiten mantiene siempre el listón y hace que la espera haya merecido la pena.

66  KANYE WEST. Yeezus
  ¿Se le ha ido al rapero de Atlanta la pinza definitivamente? Sin duda este trabajo debe valorarse (como poco) desde su riesgo, porque lejos de acomodarse en su posición de fama mundial Kanye firma un disco absolutamente inesperado y sin el menor atisbo de comercialidad. Por no tener, ni portada... Pero su sonido pretendidamente hostil (y por momentos hasta desagradable) no es gratuíto y no son pocos los momentos en los que la aparente locura se torna en genialidad, como en la perturbadora "I am a God", la electrónica muy "chemical brothers" de "On sight" o el oasis de cordura (con colaboración de Frank Ocean incluida) de la más pausada "New slaves". Por nuestra parte, que siga haciendo lo que le dé la gana. Le sienta bien.

67  THE TOXIC AVENGER. Romance & Cigarettes
  El productor francés Simon Delacroix abre su segundo largo con el pelotazo technopopero del año, que da título al conjunto pero que no deja claro lo que nos encontraremos a continuación. Si pensabas que este disco iba a contener pop facilón andas muy equivocado pues su metraje es una auténtica montaña rusa en la que la larga lista de colaboradores (Play Paul, José Reis Fontao de Stuck in The Sound, Disiz o Lexicon) da pistas del eclecticismo final. Persecuciones electrónicas, homenaje a "Bette Davis eyes", hip-hop y hard-rock enmascarados con sintetizadores y varios puntos álgidos de pop revival (los mejores, "Say my name", "Something evil" y "To the Sun") que sirven de bombona de oxígeno. Una chulada.

68  FOXYGEN. We are The 21st Century Ambassadors of Peace & Magic
  Tan sólo un año después de su segundo largo, este joven dúo californiano nos hace viajar al verano del amor con su propuesta de pop-rock-psicodélico que casi les convierte en estrellas gracias a canciones que huelen a clásicos (con Bowie y Reed en nuestra cabeza al escucharlas) como "San Francisco", "No destruction" o "Shuggle". Les queda recorrer un poco de camino todavía, pero dejan claro que talento no les falta y que pueden hacer cosas muy grandes.

69  LOW. The invisible way
  El trío de Minnesota celebra sus 20 años en la música con este disco para el que han reclutado a Jeff Tweedy (líder de Wilco) para las labores de producción, quien otorga al conjunto un sonido austero y despojado de todo artificio que interfiera en ese sonido de susurro fantasmal que es su marca de la casa. Otro de las claves de este trabajo es el mayor protagonismo vocal de Mimi Parker, en otras ocasiones limitado a unos pocos cortes pero aquí siempre presente en primer o segundo plano. Por lo demás pocas sorpresas, siguen estando muy por encima de la media y nos regalan nuevos temazos como "Plastic cup", "Just make it stop" o "So blue".

70  DARKSIDE. Psychic
  Nicolas Jaar, uno de los genios actuales de la electrónica, y el multi-instrumentista Dave Harrington unen talentos en este proyecto que se estrenó con un eP homónimo y una revisión marciana del "Random Access Memories" de Daft punk, pero que pone toda la carne en el asador con esta lograda puesta de largo que abarca las estructuras, rituales, y metodologías del krautrock, la exploración cósmica del clásico space-rock, la inmersión, y la trascendencia del house y techno en el siglo 21. El ayer (Harrington) y el hoy (Jarr) conviven y liman asperezas en un disco que contentará por igual a los amantes del rock clásico como a los que prefieren las nuevas tendencias.

71  YO LA TENGO. Fade
  Con doce discos a sus espaldas, enfrentarse al décimotercero de la banda de Hoboken es ir sobre seguro. Pero bajo todo pronóstico, tras unos cuantos discos acomodados en el colchón de su prestigio bien ganado, en esta ocasión sorprenden con un trabajo más accesible (dejan atrás su etapa ruidista y miman la producción, labor de John McEntire) y que desprende una naturalidad cercana y de andar por casa que pocos bandas saben crear. Desde "Ohm" a "Before we run", una obra pra degustar plácidamente.

72  KEEP SHELLY IN ATHENS. At Home
  Tras una larga temporada lanzando buena música en formatos pequeños, por fin llegaba el momento de la puesta de largo del dúo griego, ya especialista en crear embriagadoras atmósferas a base de synthpop endulzado con la voz de Sarah P (a la que se ha llegado a comparar con Elizabeth Fraser de Cocteau Twins). Su propuesta musical se aleja de la mítica banda de dark wave en que el disco que nos ocupa tiene una vocación más centrada en las pistas de baile, donde nos empujan directamente pepinazos como "Recollector", "Flyway" o "Room 14 (I'm fine)". Eso si, dejando un hueco a momentos más densos (o dream-pop) que acaban siendo nuestros favoritos, como las galácticas "Stay away" y "Oostende" (la gran gema del disco).

73  MARNIE. Crystal World
  Tras cinco discos de estudio, Ladytron hacen una pausa en su carrera como grupo y su vocalista principal, Helen Marnie, lanza su primer disco en solitario grabado en Reykjavik, atraída por la Luz, el aire fresco y el mar inmenso del país del fuego y el hielo. Su tarjeta de presentación, la arrebatadora "The Hunter", no podía ser más alentadora. Pero todo el disco es una sucesión de pelotazos que derrochan las virtudes de la banda que la hizo famosa y aparcan la oscuridad inaccesible que deslucía sus últimos trabajos. Lo que siempre quisimos en Ladytron (una sucesión de hits potenciales, como lo son "We are the Sea", "Violet affair", "Sugarland", "Submariner" o "Gold") lo encontrarás en gran medida en este comercial mundo de cristal.

74  PHÈDRE. Golden Age
  Segundo disco del proyecto secundario de Daniel Lee y April Aliermo (ambos también en Hooded Fang) en el que plasman una psicodelia lo-fi bañada con un poco de house, otro poco de hip-hop enrarecido y un mucho de new-wave gamberro, quedándose a medio camino entre Stereo Total y Peaking lights. Un trabajo sin demasiadas pretensiones que desborda encanto y esconde mucho potencial tras canciones como "Ancient Nouveu", “Supernatural", "Haberdash" o "Atomic Love"

75  DIANA. Perpetual Surrender
  Carmen, Joseph (saxofonista de Destroyer) y Kieran nos conquistaron de pleno desde Toronto con el sonido chillwave con toques pop-disco (cercano al de Toro y moi o Chad Valley) que nos refresco el verano de 2012 a ritmo de "Born again". El tema, recuperado para su puesta de largo, era una muestra fiel de lo que nos encontraríamos en su primer disco, sobre todo en los cortes más veraniegos ("That feeling", "Perpetual surrender" piden olas de fondo. Pero encontramos también nuevas posibilidades para su música en temas más dream-pop ("Foreign installation", "New house" o el celestial cierre instrumental con "Curtains") y otros más vanguardistas (como la industrial "Strange attraction" o la perturbadora "Anna"). Disco breve pero con muestras suficientes de un talento que puede darnos grandes alegrías.

76  POLIÇA. Shulamith
  La colaboración estrella de Justin Vernon de Bon Iver (en la estupenda "Tiff") servía de gancho para este disco con nombre de activista feminista radical canadiense para la que este disco es un homenaje. Segundo trabajo de la banda de Minnesota que se abre con el mayor hit del álbum (la pegadiza "Chain my name") y que a lo largo de su metraje nos muestra a una tuneada Channy Leaneagh anvuelta en capas de sintetizadores para dar forma a un buen puñado de medios tiempos que se mueven entre el pop, el rnb y el trip hop con puntos álgidos como "Spilling lines" y "Warrior Lord" con La Roux y The Xx en nuestras cabezas.

77  JAGWAR MA. Howlin
  La banda de Sydney se estrena con estas once canciones que recuperan la psicodelia madchesteriana pero dándole un toque futurista gracias a una importante dosis electrónica que nos quita de la cabeza la idea del deja vú. Si has perdido la esperanza en que MGMT vuelvan a hacer hits seguro que pelotazos como "The Throw", "Man I need" o "Come save me" te sirven de consuelo.

78  SAVAGES. Silence Yourself
  El cuarteto femenino londinense se marca uno de los debuts más hypeados del año con este disco salvaje con vocación escénica que bien merece la atención prestada. Su fuerza en cortes como "Shut up", "She Will" o "Strife" nos hace pensar en ellas como perfectas herederas de Sleater-Kinney, pero también cortes como "Husbands" (y sus movimientos en vivo) nos obligan a recordar al Ian Curtis más incontrolado. Si el post-punk es lo tuyo estas chicas deberían ser tus nuevas heroínas.

79  BLUE HAWAII. Untogether
  El dúo canadiense en el que también milita Raphaelle Standell-Preston (Braids) se estrenan con estas once canciones que crean una figura tan romántica como la de su preciosa portada sirviéndose de la voz celestial de Raphaelle y un tono intimista creado por cuidadas melodías. Si eliges canciones como "Try to be" (la gran canción del conjunto), "Sierra Lift", "Yours to keep" o "The other day" como telón de fondo de una velada con velas, seguro que aciertas.

80  HOLY GHOST. Dynamics
  El duo de Brooklyn lanza su segundo asalto desde DFA y se nota la influencia del sello en un protagonismo de arrebatadoras percusiones que convierten en casi salvajes llenapistas de technopop con miras a New Order como "Okay", "Dumb disco ideas" o "Dance a little closer". El conjunto se desluce con los temas menos agresivos que desentonan un poco (las casi baladas "It must be the Weather" e "In the red", el innecesario instrumental "1 for Edgar" o la sosa (con tímidos aullidos que parecen cpiar a Cut copy) "I wanna be your hand"), pero remonta con "Bridge and tunnel" y "Cheap shots", dos ejemplos que junto con el glorioso arranque nos dejan claro que si no se despistan y se centran en hacernos bailar pueden darnos muchas alegrías.

81  FOUR TET. Beautiful Rewind
  Aunque no ha descansado (con su faceta de productor y remixer) Kieran Hebden pone por fin relevo a "There is love in you" de 2010 ("Pink" era en realidad un compilado de ePs) con otro notable ejercicio de baile de beats que de nuevo resulta envolvente e hipnótico desde su arranque (con l toque jugle de "Gong") hasta su final (con la hermosa y serprenteante "Your body feels"). Entre medio, canciones marca de la casa ("Parallel Jalebi" nos trae a la mente la mitica "Love cry") y esa fascinante combinación de electrónica y jazz ("Ba Teaches Yoga", "Unicorn", "Aerial") que le hace tan especial.

82  VOLCANO CHOIR. Repave
  La banda paralela de Justin Vernon es un gran consuelo tras anunciar éste que quizás no haya tercer disco de Bon Iver. Consuelo porque a pesar del tono general más guitarrero de este proyecto es más que reconocible el talento del geniecillo de Eau Claire en los cortes más intimistas. Así, la emotiva "Alaskans" (cantada en tono grave) o las más complejas "Keel" y "Almanac" nos quitan un poco el hambre de Bon Iver. Pero son las piezas elegidas como singles, “Byegone” y "Comrade", las que se llevan el gato al agua aunque sea como grandes piezas de folk-rock alternativo. Así que nos va tocar acostumbrarnos a este Vernon, que también merece la pena.

83  WYMOND MILES. Cut yourself free
  El guitarrista de The Fresh & Onlys nos ha conquistado a lo bestia con su segundo disco en solitario en el que con una frescura envidiable nos remite a Bowie y Roxy music en su tono a medio camino entre la oscuridad y el glam. Esa ambientación de tinieblas sintéticas queda patente desde el inicio con la apocalíptica "The Ascension". Y a partir de aquí un no parar de aciertos: sintetizadores que encajarían en el repertorio de John Maus (enorme "Night drives"), canciones que habrían dado credibilidad a la carrera de The Killers cuando aún no era demasiado tarde ("Passion Plays" o "Anniversary song") o elegantes cortes básicos de explosión emocional ("Vacant eyes"). Una delicia de principio a fin.

84  BRAIDS. Flourish // Perish
  La banda canadiense liderada por Raphaelle Standell-Preston (también en Blue Hawaii) firma un segundo disco más electónico y minimalista de gran belleza creada a ritmo de una indietrónica sutil que no alcanzaba una nota tan alta desde los tiempos de la gélida Bjórk de principios de siglo. Sus cortes son impolutas y experimentales (sobre todo por su, a menudo, gran minutaje) piezas que a pesar de resultar frías como el hielo muestran destellos cálidos, sobre todos en las preciosas "Together", "Ebben" o "In kind" (con los gorgoritos de Raph como gran broche final).

85  GLASSER. Interiors
  El segundo disco del proyecto de Cameron Mesirow tiene un tono mucho más introspectivo que su debut "Rituals"(2010) sin a penas concesiones comerciales pero con una producción cuidada al detalle que consigue un acabado impecable. Las geometrías imposibles que acompañan el diseño gráfico y visual del disco se adivinan escuchando sus nuevas canciones etéreas e inquietantes apoyadas siempre en el portentoso timbre vocal de Cameron de nuevo inspirado en Björk pero con un punto más clásico. Un trabajo que acaba resultando demasiado denso en conjunto pero que vuelve a incluír joyitas como "Design", "Keam Theme" o la más accesible "Exposure".

86  PORCELAIN RAFT. Permanent Signal
  Mauro Remiddi nos regaló a mitad de año "Silent Speech", un eP de instrumentales caseros que servía de aperitivo a este nuevo álbum y que cumplía la función de desahogo electrónico del que se desprende en gran medida en su segunda puesta de largo a la que concede un mayor protagonismo vocal e instrumental. Aunque el cambio, a nuestro parecer, puede significar un pequeño paso atrás, todavía hay motivos para seguir confianzo en sus buenas maneras para crear dream-pop psicodélico. Las mejores muestras de este disco son "Think of the Ocean", "It ain't over" y "The way out".

87  CONNAN MOCKASIN. Caramel
  Para su segundo largo, el joven artista neozelandés se fue a grabar a Tokio en busca de un sonido que sonara al título del disco, a caramelo. Sus once cortes de extraño blues-pop se encuentran envueltos en atmósferas pastelosas con momentos muy destacables que quedan algo ensombrecidos por la garrafal ida de olla de la segunda mitad del disco (con los extraños cinco cortes titulados "It's your body"). Le salvan los momentos de excelente blues psicodélico que son "I'm the man that will find you", "Why are you crying" o el remate con "I wanna roll with you", tan buenos y lúcidos que elevan la media hasta el notable alto.

88  SMALL BLACK. Limits of desire
  Para su segundo largo, tras el notable debut "New chain"(2010), la banda de Brooklyn vuelve a apostar por un pop melancólico de melodías dulces salpicadas por detalles electrónicos aunque con una evolución isntrumental que esta vez les ha llevado a añadir percusiones, guitarras eléctricas y hasta trompetas para enriquecer su sonido. Siguen sonando adorablemente naïves y esa ingenuidad intacta vuelve a resultarnos muy atractiva en cortes como "Free at down", "No Stranger" o las más potentes "Breathless" y "Only a shadow". Todavía no han dado el gran salto pero vuelven a convencernos.

89  WAMPIRE. Curiosity
  El dúo de Portland de aspecto un tanto friky debutan en formato largo con este trabajo que utiliza una perspectiva sonora retro y un acabado lo-fi mezclando electropop y elementos más rockeros. La fórmula, ya explotada con exito por Ariel Pink o MGMT, nos regala en esta ocasión unas cuantas canciones de electro-psicodelia adorable como "The Hears", "Orchards" o "Spirit Forest", que suponen un muy atractivo arranque al que le cuesta luego mantener algo el tipo pero que nos deja muy buen sabor de boca.

90  JUNIP. Mala
  La banda sueca liderada por José González presenta en esta segunda entrega una nueva colección de medios tiempos con tono reflexivo que se abre con el enorme single (que fue avance del disco) "Line of fire". Una canción que huele a clasico y cuyo nivel no vuelve a alcanzarse a lo largo de todo el álbum, en el que destacan sonidos más sucios ("Villain") o enrarecidos ("Head first"). Una pena porque estamos ante un disco notable, pero si hubiera continuado como arranca estaríamos ante una obra maestra.

91  RYAN HEMSWORTH. Guilt Trips
  El joven canadiense se ha hecho un nombre como remixer y productor de la escena cloud rap, pero ya era hora de poner continuidad en formato largo a su eP de 2012 "Still Awake". Para la ocasión se ha arropado con colaboraciones de Baths, Lofty 305 o Tinashee, pero el grueso del disco lo forman poderosos instrumentales que podríamos catalogar en una especie de Rn'b futurista bañado en synthpop. Disco impecable para escuchar de noche con auriculares y volumen a tope.

92  BLOUSE. Imperium
  Dos años después de su debut homónimo, el trío de Portland abanderado del prestigioso sello Captured tracks regresa con un segundo trabajo en el que destaca el cambio de registro pasando del pop etéreo de su primera referencia a un sonido mucho más crudo y visceral en esta. Las guitarras y una psicodélia caleidoscópica son ahora sus principales armas, y con ellas han creado grandes temas como "A feeling like this", "No shelter" o "Trust me". Acertado renacimiento.

93  SELEBRITIES. Lovely Things
  Segundo largo del trío de Brooklyn tras el notable "Delusions"(2011) en el que siguen apostando por un sonido de sintetizadores que en esta ocasión deja un poco de lado el shoegaze para decantarse por un sonido más pop deudor de los New Order más comerciales. La voz de María Usbeck sigue sonando dulce (arrebatadora en "Lovers", "Temporary touch" o "I could change") y, aunque quizás deberían renovar un poco su discurso, demuestran que este género se les da muy bien.

94  KISSES. Kids in LA
  Los californianos Jesse Kivel y Zinzi Edmundson (también pareja en la vida real) retoman en su segundo disco su gusto por el pop de los ochenta en la línea de Johnny hates jazz y firman (con la ayuda en la producción de Pete Wiggs de Saint Etienne y Tim Lamcorbe -habitual de Lana del Rey-) una colección de canciones algo más oscuras que las de su debut pero con la suficiente magia como para volvernos a conquistar. "The hardest part", "Up all night" o "Huddle" son infeccioasas y encajan a la perfección en la definición de pop. Lástima que se pierdan un poco en la mitad del disco, pero levantan el vuelo con "Almost glasses" y su base muy disco-soul de finales de los 80 que nos deja un buen sabor de boca.

95  LORDE. Pure Heroine
  El desbordado éxito de "Royals" (una canción que si, acaba pegando... pero tras cientos de escuchas, porque es rematadamente sosa) que ha convertido en estrella a esta jovencísma (en el momento de publicación del disco andaba por las 16 primaveras) neozelandesa sólo se explica con los precedentes marcados por Adele (por abrir el mercado a las artistas pop menos extravagantes) y (sobre todo) Lana del Rey. A esta última remite sin duda estilísticamente en la mayoría de los temas ("Tennis Court", "400 Lux", "Buzzcat season", "Team" y podríamos seguir...). Si no existiera Lana nos pondriamos a sus pies, pero como no es el caso nos limitamos a reconocer que èste es un debut notable.

96  THE WEEKND. Kiss Land
  La trilogía que durante un tiempo fue gratuíta y sirvió para presentarnos al canadiense Abel Tesfaye supuso una especie de salvación del rnb que resultó tremendamente inspiradora para multitud de proyectos surgidos desde entonces. El problema que se le presentaba con este trabajo radicaba en que el propio Tesfaye provocaba permaneciendo en la sombra un inquietante misterio que multiplicaba las posibilidades de su excitante música, pero al pasar a un primer plano tras convertirse en superventas es su música lo único que puede defenderle y, aunque sale semivictorioso repitiendo fórmulas (todo suena correcto pero nada destaca en realidad), el nivel se ha resentido un poco. Esperemos que asuma con nuevos recursos su nuevo status y nos sorprenda en el futuro.

97  GENERATIONALS. Heza
  Tras la buena acogida de "Actor-Caster"(2011) el dúo de Nueva Orleans firma un tercer disco más relajado con melodías vocales mágicas unas veces bañadas en pop guitarrero ("Spinoza"), otras en ritmos tropicales ("Say when", "Put a light on") e incluso blues ("I never know"). Los detalles electrónicos (muy presentes en la cómica "You got me") siguen siendo la guinda para una banda que no pretende llenar estadios ni hacer una obra maestra pero que, a su ritmo, siguen creciendo y resultando más que correctos.

98  LOCAL NATIVES. Hummingbird
  La banda californiana se la juega con su segundo disco (el de la deseada confirmación) entristeciendo su discurso. La épica controlada es protagonista en este buen trabajo al que hay que agradecerle la confianza en si mismos al no buscar desesperadamente la consagración en forma de éxito, pero que quizás suponga un paso atrás al no contar con temas de más gancho (aunque "You & I", "Heavy feet" o "Breakers" son más que notables) y hayan decidido que su sitio está en las sombras más que en las luces. Si a Grizzly Bear les ha ido bien por una senda similar, habrá que seguir teniendo fé en ellos. Porque demuestran tablas.

99  TORO Y MOI. Anything in return
  El proyecto de Chazwick Bradley Bundick arriesga en su tercer trabajo pasando del chillwave para experimentar con ritmos desenterrados del funk de los 80. Quizás el resultado pueda resultar algo fallido o dificil de digerirpor momentos (quizás el metraje debería haber sido menor) pero hay que aplaudirle el no encasillarse en una moda pasajera y que en su intento de experimentar con nuevos estilos salga airoso en temas como "So many details", "Say that" o "Rose Quartz".

100  JUSTIN TIMBERLAKE. The 20/20 Experience
  Tras una meteórica carrera musical en solitario con dos discos por los que casi tocó el cielo, el ex-chico Disney decidió desde lo más alto aparcar la música y centrarse en su faceta como actor. Pero en este año de sonados regresos también el vio su momento y tras seis años sin disco nuevo en el mercado lanzaba un trabajo de dimensiones mastodónticas en las formas (dos volúmenes y ambos bastante generosos en minutaje) pero no tanto en el fondo (impecable producción de corte clásico pero riesgo e innovación prácticamente nulo). Todo continúa donde lo dejó, de nuevo cuenta con Timbaland en la producción, y no es que el resultado no merezca elogios ("Pusher Love Girl", "Mirrors", "Suit & Tie", "True Blood" o "Take Back the Night" tienen una calidad innegable) pero ansiábamos más.